30 junio 2008

Una naranja o un plátano


Los que pescan a los pasajeros que van a Kumasi nos dan la mano y, saltando de alegría, nos conducen al autobús adecuado. Están contentos porque, por el hecho de haber encontrado pasajeros, recibirán del conductor una naranja o un plátano.


Camino de Kumasi. Ébano
Ryszard Kapuscinsky

(Fernando Botero)

28 junio 2008

Al rico helado


Mi tía corta una porción de helado haciendo sonar sus pulseras, le pone a los lados dos galletas finas y cuadradas y nos la va pasando chupando la parte derretida que le chorrea por los dedos.


El viento de la luna
Antonio Muñoz Molina

25 junio 2008

Tinto y moscas


Apareció una mujer menuda y arrugada, María, la mujer de Romero, quien ante un gesto imperioso del hombre de la casa nos sirvió vino tinto en una botella de Coca-Cola de plástico y colocó de un porrazo en el cajón que hacía las veces de mesa un trozo grasiento de jamón. El sol caía sobre nosotros y las moscas zumbaban a nuestro alrededor. Nos bebimos el vino y nos comimos el jamón mientras estudiábamos las actividades amorosas de los perros en un estupor cada vez más etílico.


Entre limones
Chris Stewart

(Guillermo Muñoz Vera)

21 junio 2008

Bajé a desayunar


Bajé a desayunar a la terraza

del paseo marítimo

y contemplé el bullicio de la gente,

el mar como una balsa,

los cuerpos al sol.

En el periódico

el nombre del ahogado no era el mío.


Primer día de vacaciones
Luis García Montero

(Guillermo Muñoz Vera)

06 junio 2008

Sardinas en escabeche


Se escogen unas sardinas medianas y muy frescas.

Se descaman.

Se limpian de tripas y se les corta cabeza y cola.

Se enjuagan muy bien, se secan, se emborrizan en harina y se fríen a fuego fuerte poco tiempo.

Se reservan.

El escabeche se hace con dos partes de aceite y una de vinagre corriente.

Mientras tanto se filetean dos ajos y junto con dos hojas de laurel se doran en el aceite sólo.

Cuando estén, se aparta la sartén del fuego y se añade una cucharadita de pimiento molido dulce, removiendo hasta disolver.

Se añade la parte de vinagre y un puñado de pimienta negra en grano.

Se pone un ratito al fuego para que el vinagre suelte su ácido, unos tres o cuatro minutos.

Se añaden las sardinas y se dejan cocer unos cinco o seis minutos a fuego mediano.

Sacamos el laurel y dejamos enfriar.

Podemos tenerlas en la nevera cuatro o cinco días, cubiertas con su escabeche; ideal para el veranito que llega.

Súperfácil y riquísimas.

(Peces. José Sánchez Hidalgo)