El sol entraba por las ventanas y las manchas de luz parecían limones esparcidos por el suelo.El verano que lo derritió todo
Tiffany McDaniel
(El limonero del pozo. Inma Díaz)
Somos un grupo de amigos. Nos gusta cocinar, saborear la amistad y la buena mesa.
El sol entraba por las ventanas y las manchas de luz parecían limones esparcidos por el suelo.El verano que lo derritió todo
Francis Ponge
(Essential Fruit, collage manual @unalunitagranate)
Llega Chesterton a España. Le invito a una excursión a Toledo. En el camino diviso un grupo de labriegos que están comiendo. Paro el coche e invito a Chesterton a verlos comer y que no hablemos. Algunos de los campesinos y, con frase señera, me dicen: «Don Fernando y la 'compaña', ¿quieren compartir nuestra merienda?» Nos sentamos. Chesterton advierte enseguida la maravilla de las maneras, de los gestos, de la pulcritud con que aquellos labriegos comían. Aquel pedazo de queso y de tocino, con un trozo de pan y un tomate, eran comidos con señorío, con distinción, con elegancia; con tal pulcritud, que cuando terminó la merienda y nos fuimos, Chesterton rompió el silencio para decirme: «¡Qué cultos son estos analfabetos!»
Lo que sucedió ayer fue todo un acontecimiento. Cathy Beard, que lleva muchos años escribiéndome y enviándome caramelos y bizcocho casero por Navidad, pero a quien no conocía en persona, vino a comer y estuvimos charlando como cuatro horas seguidas.La casa junto al mar
Los misterios de la taberna Kamogawa
Hisashi Kashiwai
Hay también restaurantes que se llaman "The eggs and I" (los huevos y yo). En ellos sólo hay huevos, huevos duros helados y marmóreos, sobre los que se ha echado un chorrito de mayonesa.
Las mil latitas expuestas en las tiendas de alimentación llevan imágenes de los animales más variados y seductores, faisanes, perdices, gamos, cabritos y ciervos; exhiben nombres apetitosos y exóticos, y vistas de paisajes lejanos a donde sería muy bonito ir. Pero el que vive aquí desde hace tiempo no se llama a engaño: sabe bien que el contenido de esas latitas es siempre food, es decir, nada. Nada que se pueda comer con simpatía cordial, con placer tranquilo.