
La larga mesa estaba cubierta de jarros de Chianti y bandejas de comida: salami, embutidos, prosciutto, pan y pastelillos de anís. Se habían dado un banquetazo a la sombra del emparrado, lo mismo que un enjambre de atontadas abejas que volaban haciendo eses sobre los manjares y se revolcaban en charcos de vino, en tanto que centenares de ellas zumbaban melancólicamente entre pasados racimos de moscatel que colgaban de las parras.
La cofradía de la uva
John Fante