Con sus túnicas divinas
Que la luz besa temblando,
Llevo vivas y saltando
Las relucientes “sardinas”
Sus escamas cristalinas
El fuego dora y halaga,
Y el apetito propaga
Su olor grato y peregrino,
Entre las cañas de vino
De la andaluza moraga.
Pregón del pescado.
Salvador Rueda
(Marijose.elsotano)
1 comentario:
Precioso, no lo conocía. Y además, espeto de sardinas... me encantan!
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