03 agosto 2020

A sorbos como el té

Ya es hora, jueves.
Puedes marcharte satisfecho.
Conociste mis lágrimas,
¿qué más da?
Fui el niño 
que tocaba una dulzaina
y no pudo librarse del incendio.
Y fui también l madre.
Y el viejo que dormía
cuando estalló la bomba.
Y el piloto.
Y la mujer sin tiempo para el beso
y el hombre que corría
blasfemando.

Todo eso me lo has dado en una tarde,
a sorbos
como el té.
...

(Jueves. Claribel Alegría)