22 mayo 2020

Veneno verde

Ya ni me acuerdo de qué razón nos hacía a veces abandonar el afable y acogedor Café Nacional y cambiar su atmósfera llena de humo por el humo igual y el mal olor del antiguo Slávie de los actores, situado en la esquina, frene al Teatro Nacional. Nos sentábamos al lado de la ventana que daba al muelle y sorbíamos el ajenjo. Era una pequeña coquetería con París, nada más.

Toda la belleza del mundo
Jaroslav Seifert

(La bebedora de absenta. Edgar Degás)

13 mayo 2020

Feta, acelgas y resina

Una noche en la plaza Gyzi, me armé de valor. Me senté en una suvlakería, a comer algo. El camarero era albanés y hablaba un griego extraordinario.
-¿Feta, acelgas y retsina también hoy? -me preguntó sonriendo.
Sólo nos habíamos visto una vez y se acordaba no únicamente de mí, sino de mi frugal comida. Me dieron ganas de darle un beso. No era más inteligente que otros camareros, no tenía mejor memoria. Pero estaba en el estado de alerta del inmigrante.

Otra vida por vivir
Theodor Kallifatides