22 mayo 2020

Veneno verde

Ya ni me acuerdo de qué razón nos hacía a veces abandonar el afable y acogedor Café Nacional y cambiar su atmósfera llena de humo por el humo igual y el mal olor del antiguo Slávie de los actores, situado en la esquina, frene al Teatro Nacional. Nos sentábamos al lado de la ventana que daba al muelle y sorbíamos el ajenjo. Era una pequeña coquetería con París, nada más.

Toda la belleza del mundo
Jaroslav Seifert

(La bebedora de absenta. Edgar Degás)

No hay comentarios: