En la cama, desnudos, comemos uvas.
Tú me las das y yo cuento lunares
en el guante ceñido de tus caderas.
A ratos nos hablamos sólo un murmullo,
frases a medio labio lentas, mojadas.
Todo tiene el sabor amargo y fresco
del minuto que sabe de su modestia.
(Los próximos momentos cuelgan, pacientes,
como un collar lo haría de una lámpara.)
Me ofreces otra uva. Yo te respondo
con un mordisco rápido. Tú cuentas mis lunares
y así va madurando la noche, su argumento.
Noche lunar
Andrés Neuman
(Uvas blancas. Antonio Fuertes)
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