01 noviembre 2010

Ajo discriminador


Por lo común no se habla mal de los extranjeros, o en todo caso no cuando ellos pudieran oírlo. A sus espaldas la gente se complace en quejarse de su presunto hedor a ajo, pero el caso es que los sibaritas alemanes comen hoy en día mucho más ajo que la mayoría de los turcos, quienes, a lo sumo, se permiten tomar un diente de ese saludable condimento el fin de semana. Disimulan para ser aceptados, pero persiste la cerrazon a todo contacto.

Cabeza de turco
Günter Wallraff

(Ajo. Yoko Tanaka)

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