No podemos resistir aquellos que saben cocinar. No me refiero a esos chambones ataviados con un gorrro histriónico, que se declaran expertos y con grandes ademanes chamuscan una salchicha en la parrilla del patio, sino a los epicúreos que escogen amorosamente los ingredientes más frescos y sensuales, los preparan con arte y los ofrecen como un regalo para los sentidos y el alma.
Afrodita
Isabel Allende
(La isla de Venus. Paul Rooms)
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