Un día me hizo un regalo inapreciable: dos patatas, cuya propiedad, en mi casa, nadie me disputó. Aquellas patatas eran mías, y en consecuencia fueron peladas, cortadas y fritas para mí solo y para nadie más. ¡Qué generosidad la de los niños!
Mohamed
Ángel González
(Muchacha pelando patatas. Albert Anker)
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