A cada persona le correspondían unos cuarenta gramos diarios de cereales, menos lo que sisaban el encargado del almacén, el gerente del comedor y otros individuos importantes. Lo que quedaba resultaba suficiente para llenar un cuenco de gachas con tan poca sustancia que uno podía verse reflejado en el líquido.
Grandes pechos amplias caderas
Mo Yan
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