Provisiones redentoras
Mi esposa estababa ya quejándose de que no paro en casa más que para dormir y desayunar, pero ni qué decir tiene que, cuando me ha visto llegar a casa con una hermosa pieza de CARNE, y no hablemos ya de los huevos en polvo y el jamón, me ha mirado con mejores ojos y me lo ha perdonado todo.84, Charing Cross Road
Helene Hanff
(La tienda del pueblo. Manuel Domínguez)
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