01 febrero 2011

A un higo


Tu grandeza mínima alabo,
vuelco como limpio espejo
mis ojos sobre tu cuerpo,
eventual y enlutando manto.

Viejo fruto de reyes viejos
a labios de reyes consagrado.
El tiempo construye tu gracia
coronada en un agosto cano.

Libar tu roja savia
morder tu ensangrentada pulpa,
¡oh licor dadivoso,
fruto cumplidor, fiel arcano!

A la boca dulce reparo guardas
como de otros labios su ofrenda se tratara,
mas a esta mesa te acercas y proclamas
tu misterio dulce, tu grandeza llana.

A un higo
Francisco Cejudo

(Higo Caverna. Sarah Longlands)

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