-El domingo que viene hemos quedado a tomar el té y yo me encargo de llevar los dulces -le digo.
-Ooooooh -exclama, radiante-, ¡los dulces!
Y, pragmática de inmediato, añade:
-Tengo que prepararle algo que no se estropee enseguida.
Manuela trabaja hasta el sábado a mediodía.
-El viernes por la noche le haré un glotof -declara tras un breve lapso de reflexión.
El glotof es un pastel alsaciano, especial para glotones.
Pero el glotof de Manuela también es una auténtica delicia. Todo lo que tiene Alsacia de pesado y de reseco se transforma entre sus manos en obra maestra perfumada.
La elegancia del erizo
Muriel Barbery
(Tartes Aux Fruits. Michel Lablais)
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