Yo también era feliz, si esa palabra tiene algún sentido. Scipion y Emma Lempereur me lo dieron todo. Familia, valores y mucho amor. Mi madre adoptiva me enseñó además el arte de la cocina: fue ella, por ejemplo, la que me transmitió la receta del flan de caramelo que tanta fama me ha dado.
La cocinera de Himmler
Franz-Olivier Giesbert
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