Quizás fuera por los setenta y cinco años que habían pasado juntos, bajo el mismo techo, comiendo la misma comida, respirando el mismo aire: lo compartían todo, hasta el olor a moho de la casa, hasta los árboles que crecían delante de las ventanas, todo. Y todo esto no se podía expresar con palabras. No eran hermanos, ni amantes.
El último encuentro
Sándor Márai
(Henry Mattise)
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