Entre mis colegas, hay un hombre que ha dedicado veinte años de su carrera a crear una variedad de manzanas más pesadas, cada vez más pesadas, pero sin sabor y con menor valor nutritivo que las que solemos consumir, y cuyo único mérito es hacer ganar más dinero a los cultivadores menos escrupulosos.
El primer siglo después de Béatrice
Amin Maalouf
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