Cuando los avatares bélicos lo permitían, José, el frutero frustrado, sacaba una silla baja a la calle y se pasaba las horas vigilando una batería de artefactos alámbricos para cazar gorriones. Eran tiempos muy difíciles. Los pajaritos fritos son muy sabrosos, y con arroz una delicia.
Historia de una taberna
Ángel González
Historia de una taberna
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