Había pescado para cenar porque la abuela Donna había enviado cinco dólares por correo. Una cena tardía: no se sentaron hasta las ocho. Y sin que mediara motivo alguno. El pescado se cocinó y terminó de preparar mucho antes, pero María lo tuvo en el horno. Cuando se reunieron alrededor de la mesa hubo un pequeño revuelo, Federico y August se disputaban un sitio. Entonces vieron de qué se trataba. María había vuelto a poner el cubierto de papá.
Espera a la primavera, Bandini
John Fante
(Piscis. Lina Gadelha)
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