Excepto en Londres, que en lo referente a la comida es un campo de concentración, he gozado de todas las cocinas en todas las ciudades. No soy nacionalista en nada y menos en la mesa. Mi menú favorito sería la carne asada, con ensalada, y dulces criollos en Buenos Aires.
El laurel para la pepitoria
Raúl del Pozo
Litoral nº 241 Poesía a la carta
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