18 julio 2010

Mala cosecha


No nos tenía en gran estima, que digamos, y, ciertamente, no nos quería en lo más mínimo. Sólo éramos muchachos vulgares, un tanto feos y tirando a mediocres, y él apuntaba más alto. Éramos obligaciones que debían cumplirse, y no una buena cosecha: ni espárragos, ni higos, ni dátiles, sino productos más humildes: patatas, maíz y judías, y él tuvo que cargar con el arduo trabajo que le dábamos, renegando y atizando puntapiés a los terrones hasta que los frutos maduraron.

La confradía de la uva
John Fante

(Jean Etienne Liotard)

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