28 octubre 2020

Los dos al mismo tiempo en la cocina.

Ahora, en cambio, no decía hmm, sino que preparaba con esmero exquisito su desayuno, que no es sencillo como el mío: dos rebanadas de pan que yo mismo horneo cada sábado, una con un poco de caviar barato y la otra con queso y mermelada de ciruela y mora, hecha también por mí durante los veranos en la isla. A mí me gustaba desayunar con la edición matutina del periódico desplegada frente a mí como si fuera un mapa, para ir preparando mis actividades del día. Disfrutaba de aquellas mañanas en soledad, y mi mujer también las disfrutaba.
Ahora estamos los dos al miso tiempo en la cocina.

Otra vida por vivir
Theodor Kallifatides

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