-¿Cuánto cuestan los boniatos? dije, repentinamente hambriento.
-Cuestan diez centavos y son dulces, me dijo, con la voz vacilante por la edad...
Di un mordisco, y lo encontré más dulce y caliente que nunca y me entró tal añoranza del hogar que tuve que darle la espalda para no perder el control.
Ralph Ellison
(Piñones. Stanley Coll)
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