04 julio 2008

Buenas maneras


Todo parecía de su agrado, hasta el sabor del agua templada de un lavamanos de plata que vació de un trago al terminar la comida. Luego cogió la rodaja de limón y le hincó los dientes haciendo una mueca por lo ácido que estaba. Al verla actuar así, las niñas pensaron que era lo que se debía hacer e imitaron a su madre. Se llevaron el lavamanos a los labios y sorbieron el agua con sabor a limón, algo extrañadas ante las raras costumbres de aquel país. Acto seguido, don Ángel efectuó la misma operación. El rajá tuvo que hacer grandes esfuerzos para disimular su estupor, mientras los camareros parecían estatuas de piedra. De pie, en las esquinas del saloncito, sólo se atrevían a cruzar miradas de consternación.


Pasión india
Javier Moro

(Summer Soirée. Linda Jane Smith)

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