11 julio 2008

La olla


En mi callejón vivía una mujer sola cuya única propiedad era una olla. Se ganaba la vida comprando a crédito judías de las vendedoras, las hervía, las aliñaba con una salsa y las vendía a la gente. Para muchos un cuenco de judías constituía la única comida del día. Una noche nos despertó un grito desgarrador. Todo el callejón fue presa de cierta agitación. La mujer, enloquecida y desesperada, corría en círculos: unos ladrones le habían robado la olla: había perdido su único medio de vida.


Mi callejón 1967. Ébano
Ryszard Kapuscinski

No hay comentarios: