Dora el sol de noviembre los membrillos
que dan color, serenidad, aroma
a este cuarto, a estas horas primeras de la tarde.
Cuando la luz se vaya,
su rastro quedará en la áspera hondura
de su ser amarillo y sentiremos
colmado este rincón.
No habrá nostalgia de la luz huida:
prisionero su eco permanece
en el centro redondo de la fruta.
Los membrillos
Juan Lamillar
(Guillermo Muñoz Vera)
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