DULCE DE MEMBRILLO
Entonces, con los mil rodeos que acostumbra, me contó que varios días antes, ausente él de la casa, había llegado a la fonda un forastero; había comido un par de huevos fritos, guiso de carnero, dulce de membrillo, y luego se había encerrado en la pieza que le dieron sin abrir el pico.
El mensaje
Francisco Ayala
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