A través del torno llegó de la cocina el plato de pescado. Los sirvientes lo cogieron del aparador y se apresuraron a servirlo. Trajeron, además, una salsa parecida a crema, y escanciaron vino del Rin, que producía un ligero escozor en la lengua.
El pequeño señor Friedemann
Thomas Mann
(Jureles y boquerones. Inma Díaz)
No hay comentarios:
Publicar un comentario