08 septiembre 2008

¿Una taza de té?


-¿Una taza de té? -le ofrecí.
Asintió.

Serví el agua caliente por tres veces sobre las hojas de té verde de Longjing, que previamente había depositado en sendos cuencos de porcelana de celadón de comienzos de la dinastía Ming, de color verde amarillento cálido. Según se decía, el primer agua era un encuentro, la segunda un placer y la tercera una despedida.


El secreto de la porcelana
Emilio Calderón

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