01 enero 2010

Año nuevo


Cuando las manillas marcaron las doce menos cinco, empecé a destapar lentamente una de ellas. No sé si había quedado entorpecido por el vodka o si la botella estaba demasiado mojada, lo único que recuerdo es que, cuando el tapón salió volando al techo como un tiro, la botella me resbaló de las manos y se fue al suelo. No llegó a derramarse más de un vaso, ya que tuve tiempo de agarrarla y de taparle la sibilante boca con un dedo.

Champagne. Relato de un granuja
Anton Chéjov

(Panel de champán. Mariapia & Marinella Angelini)

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