04 enero 2010

Chocolate profundo


Esta tarde, después del colegio, no había nadie en casa. He cogido un poco de chocolate con avellanas de la cocina y me he ido a comérmelo al salón. Estaba bien cómoda en el sofá y mordía el chocolate reflexionando sobre mi próxima idea profunda. Pensaba que se iba a tratar de una idea profunda. Pensaba que se iba a tratar de una idea profunda sobre el chocolate, o más bien sobre la forma en que uno lo muerde, con una pregunta central: ¿qué es lo bueno del chocolate? ¿La sustancia en sí o la técnica del diente que lo tritura?

La elegancia del erizo
Muriel Barbery

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