Las campanas del reloj del Museo de Geología anunciando las seis de la tarde, rompieron el sortilegio. Tenía que regresar a darle de merendar a mi papá. Rápidamente me dirigí a la panadería "La Rosa", que afortunadamente sigue en pie y me compré unas conchas. al llegar a casa le preparé a mi papi su chocolate con agua y en vasija de madera, como se lo preparaba su abuela y nos sentamos a comerlas mientras escuchábamos un disco del trío Los Panchos.
Tan veloz como el deseo
Laura Esquivel
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