17 septiembre 2023

ESPERANDO MI LENGUADO

El local estaba abarrotado y me dieron una mesa frente a la puerta, de modo que podía observar las entradas y salidas de la gente mientras daba sorbos a la bebida y esperaba mi lenguado. Entonces me di cuenta de lo agradable que era no estar esperando a nadie, ser libre, sin ataduras ni tensiones durante esa hora larga que pasé allí dentro. Al final, salí con la sensación de haber disfrutado intensamente del momento, como en unas auténticas vacaciones.

La casa junto al mar
May Sarton

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