Hay restaurantes donde sólo se come pollo asado. Filas y más filas de pollos giran en el asador. Los camareros pasan de una mesa a otra a toda carrera llevando platos calientes de pollo. A tu alrededor no descubres rastro alguno de otro tipo de comida. Salimos tan asqueados de pollo que tenemos la impresión de que nunca más en la vida podremos volver a probar ni un trocito de esta carne.
La Maison Volpé
Natalia Ginzburg
No hay comentarios:
Publicar un comentario