Todo fuera de mí, en ese país, era más intenso, como más exacto, los colores y los olores, sobre todo, alguien pelaba una naranja a veinte metros de mí y me mareaba el olor, o veía venir una mujer por la calle y notaba el momento justo en el que yo estaba entrando en el radio de su perfume.
Plenilunio
Antonio Muñoz Molina
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