-Este vino -dice el general, levantando su copa de vino tinto, casi negro- lo conoces bien. Es del año ochenta y seis, el año de nuestra jura de bandera. Mi padre abarrotó una de las cuevas de la bodega con este vino, para mantener vivo el recuerdo de aquél día. Hace muchos años de esto, casi una vida. Ahora el vino ya es añejo.
El último encuentro
Sándor Márai
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