Ilaria y sus amigas me parecían las invitadas de un banquete afligidas por un fuerte resfriado: por educación comían todo lo que les ofrecían, pero sin percibir su sabor. Zanahorias, asados y pastelitos tenían para ellas el mismo sabor.
Donde el corazón te lleve
Susanna Tamaro
(Fiesta de disfraces. Guillermo Lorca)
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