Cabra asada
Nos encontrábamos, la familia entera, en la granja de los Santucci. Multitud de italianos procedentes de todo el país, largas mesas colmadas de vino, pasta, entremeses y cabra asada; mi padre tenía una cabeza de cabra en el plato y se estaba comiendo los sesos y los ojos, sin parar de reírse y presumiento ante las mujeres, que chillaban de horror.
La cofradía de la uva
John Fante
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