¿Te acuerdas de cómo llorabas, recién despierta, en los últimos meses? Te estabas allí sentada delante de la taza de café y las lágrimas rodaban silenciosas por tus mejillas. "¿Por qué lloras?", te preguntaba entonces; y tú, desolada o furiosa, decías: "No lo sé."
Donde el corazón te lleve
Susanna Tamaro
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