Cuando te dije que partir me parecía una excelente idea, empezaste a tambalearte, parecías una víbora que tras elevar la cabeza de golpe con las fauces abiertas y dispuesta para atacar, repentinamente ya no ve ante sí el objeto contra el que iba a lanzarse. Empezaste entonces a pactar, a avanzar propuestas; elaboraste varias, inseguras, hasta el día que, de nuevo con firmeza, delante de la taza de café anunciaste: "Me voy a América."
Donde el corazón te lleve
Susanna Tamaro
No hay comentarios:
Publicar un comentario