Al principio, ellas se conformaban con que las invitaras a merendar, un batido de chocolate y un cruasán, decían, y con eso se ponían como locas, porque no pasaban hambre en su casa, pero nunca veían un bollo, ni bombones, ni pasteles, esa clase de lujos superfluos, y estaban hasta las tetas de comer cocido todos los días, como es natural...
Atlas de geografía humana
Almudena Grandes
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